Son Mandatos, Son Ley, Son de Dios. El Gran Poder |
El Gran Poder en los Mandamientos de la Ley de Dios
(son Mandatos, son Ley, son de Dios)
Jesucristo se refiere a los Diez Mandamientos de la ley de Dios cuando un joven le pregunta cómo conseguir la vida eterna: “Maestro, ¿qué he de hacer yo de bueno para conseguir la vida eterna?”. Jesús responde: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”. Y cita a su interlocutor los preceptos que se refieren al amor del prójimo: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre”. Finalmente, Jesús resume estos mandamientos de una manera positiva: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 19, 16-19).
El ser humano puede dirigir las energías de amor propias de forma consciente hacia otros seres de la creación, no solo conectándose él mismo con el ser amado sino también conectándose a Dios, creando una cadena perpetua, eterna, verás, de amor, entre toda la creación. La "cadena de amor" tendría siempre al menos tres eslabones: Dios, tú mismo, y el ser al que amas. Con otras palabras, se podría decir que, cuando amas, conectas el ser amado al corazón de Dios vía tu propio corazón. Cuando amas vives, cuando amas expresas tu verdadero yo en la creación, cuando amas eres "uno" con Dios y todo el universo, y en ese estado es imposible de enfermar, en ese estado es imposible envejecer, en ese estado es imposible morir. En el estado de "amar" solo se "es" y se es feliz eternamente...
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